Desde hace ya algunos años la tendencia en el campo de la estética es la búsqueda de técnicas cada vez menos invasivas. Por eso hoy en Corpore Sano vamos a hablar de una novedosa tecnología: Zaffiro.
Qué es Zaffiro
Zaffiro es un dispositivo médico que tiene como objetivo mejorar el aspecto y la calidad de la piel, así como prevenir el envejecimiento y la flacidez. Se puede aplicar en casi cualquier parte del cuerpo, pero normalmente se utiliza en rostro y cuello, con resultados especialmente buenos contra la flacidez en la zona mandibular.
Sus principales beneficios son los siguientes:
- Hidratación facial intensa, ya que se inoculan partículas de ácido hialurónico a presión con compuestos activos, que hidratan la piel y potencian el efecto del Zaffiro.
- Disminución de las arrugas, porque al estimular el colágeno se resta profundidad a las arrugas haciendo que sean menos visibles.
- Mejorar la elasticidad de la piel, ya que esta hidratación hace que el fibroblasto se mantenga sano y que la matriz extracelular tenga los componentes adecuados.
En qué consiste
¿Y cómo se consigue? Realizando lo que llamamos un termolifting.
Primero realizamos un hidropeel, mediante un dispositivo que emite agua a presión junto con compuestos activos personalizados según el tipo de piel del paciente. Al inocularse el principio activo, se efectúa un drenaje linfático, que además produce una descamación. Esta linfa, que es un líquido lleno de toxinas, al ser drenada se depura, provocando el aspecto de buena cara.
Una vez hecho el hidropeel se ejecutan disparos de luz infrarroja con un gel conductor y se llega a una potencia óptima para tratar toda la cara. Ese infrarrojo calienta la dermis a un nivel profundo, que es donde se encuentran las células que se estimulan con el calor provocando más jugosidad en la piel. El calor penetra hasta unos 4 milímetros sin dañar la epidermis, lo que hace que este tratamiento sea menos agresivo que otros similares.
El termolifting Zaffiro es apto para cualquier tipo de piel y normalmente se realizan entre 3 y 4 sesiones. Al ser un tratamiento no invasivo el paciente puede reincorporarse a su rutina en el mismo momento, evitando, eso sí, la exposición inmediata al sol.