En este episodio de Corpore Sano vamos a hablar de una de las principales reglas que hay que cumplir antes y después de someternos a una intervención quirúrgica, especialmente si se trata de una cirugía plástica: prohibido fumar.
Aunque para muchas personas supone un auténtico dolor de cabeza, está totalmente desaconsejado fumar 15 días antes y hasta 6 semanas después de entrar en un quirófano. Esta prohibición no se refiere sólo a los cigarrillos, sino también a parches, tabaco de mascar o cigarrillos electrónicos.
El motivo es que la nicotina incluida en estos productos provoca una vasoconstricción de los capilares sanguíneos, lo cual dificulta la llegada de oxígeno a la sangre. Esto provoca, entre otras cosas, problemas a la hora de cicatrizar ya que los tejidos tienen más dificultad para recuperarse; y una peor cicatrización se puede traducir en cicatrices más visibles e inestéticas.
En cirugía plástica las intervenciones en las que más afecta el consumo de tabaco serían las que conllevan grandes despegamientos de piel, como puede ser la reducción mamaria, la abdominoplastia o el lifting facial.