En este episodio de Corpore Sano vamos a hablar sobre la somnoscopia y su utilidad para tratar la apnea obstructiva del sueño, causante de los molestos ronquidos.
Esta apnea suele estar causada por una obstrucción en la vía aérea del paciente que puede estar ubicada en diferentes niveles, como la lengua, el paladar blando o la laringe. La somnoscopia -o exploración inducida del sueño con fármacos- es una prueba diagnóstica que nos permite saber en qué zona anatómica se encuentra esta obstrucción. Así podremos ofrecer al paciente el tratamiento adecuado o incluso para mejorar la tolerancia al CPAP a personas que ya han sido diagnosticadas de apneas del sueño.
¿En qué consiste?
La somnoscopia consiste en inducir el sueño del paciente mediante una sedación suave, a bajas dosis que permita al paciente dormir como si estuviera en casa, presentando ronquidos y apneas obstructivas. Es clave no llegar a profundizar demasiado para evitar tener apneas centrales. En este punto, mediante un fibroscopio vamos a explorar la vía aérea buscando este punto de obstrucción y así proponer un tratamiento personalizado.
Dependiendo del nivel obstructivo de vía aérea identificado en la prueba, se pueden considerar tratamientos quirúrgicos nasales como la septoplastia y la turbinoplastia, o tratamientos quirúrgicos orientados a cavidad oral y paladar, como son la amigdalectomía, la faringoplastia y cirugía ortognática.
Esta prueba tiene una duración de 5 o 10 minutos y el paciente puede irse poco rato después.