Con la llegada del sol y del verano es necesario preparar y cuidar la piel para evitar su envejecimiento, así como las posibles patologías asociadas a una exposición prolongada.
La mayoría de cuidados para protegernos del sol de manera adecuada son ampliamente conocidos: una protección constante, una buena hidratación y mantenerla limpia y libre de impurezas durante la exposición solar.
Para conseguir una mejor protección y lograr el deseado bronceado existen tratamientos específicos que pueden ayudarnos, como la bioestimulación lumínica. Este es un tratamiento de 6 sesiones realizadas antes de la primera exposición solar, que permite bloquear el daño que provocan los rayos UV, y preparan la piel para que haya una respuesta inflamatoria a la exposición solar más controlada.