Tener una piel de porcelana es casi misión imposible, sino son las manchas, son las pequeñas arrugas o sino los poros abiertos. Los poros son las salidas de los conductos pilosebáceos en la superficie de la piel. Estos se pueden dilatar en varias situaciones. Puede ser por motivos genéticos, por componentes hormonales, como por ejemplo en la adolescencia.
Para evitar o controlar los poros abiertos, es fundamental hacer una limpieza correcta de la piel dos veces al día, mañana y noche. También es necesario ver si esta dilatación de poros está asociada a una secreción excesiva de grasa. En estos casos se deberá buscar la causa mediante una historia clínica, analíticas y el resto de procesos médicos.
Existen tratamientos naturales para tratar estos poros, como por ejemplo una mascarilla a base de yogur de cabra, pepino, unas gotitas de limón, y en caso que la piel quede muy seca, se puede añadir un trocito de aguacate o una cucharadita de aceite de coco.
Para tratar los poros abiertos y conseguir un resultado óptimo se puede realizar un tratamiento de peeling químico a base de ácido salicílico y retinol, que lo que hace es renovar las capas de la piel, y progresivamente estrechar estos conductos. Es muy importante seguir un tratamiento diario del exceso de grasa, a base de cremas específicas o a través de compuestos orales. También es necesario realizar una regulación hormonal en el caso que haya algún tipo de desequilibrio.
