Si analizamos nuestra rutina diaria, no podemos obviar que nuestros pies son una de las partes más importantes de nuestro cuerpo: nos mueven, nos sostienen durante todo el día y soportan las agresiones del terreno.
Aún así todavía muchas personas no cuidan de sus pies como deberían, abriendo las puertas a patologías que pueden tener importantes consecuencias.
En este post hablamos sobre los principales problemas que pueden sufrir nuestros pies y cómo prevenirlos o solucionarlos. ¡Sigue leyendo!
Principales dolencias de pies
Juanetes
El juanete o hallux valgus es una de las patologías más comunes en los pies. En Clínica Planas realizamos la técnica ‘Secret Bridge’, un procedimiento mínimamente invasivo en el que el hueso no se secciona sino que se desplaza ligeramente a la posición correcta; sin cicatrices ni puntos de sutura. Se sale andando de la clínica con calzado cómodo y después de 7 días de la cirugía podrá ponerse su calzado habitual.
Callos
Existen diferentes tipos de callosidades en base a su origen. Por un lado están aquellas callosidades que tienen un origen genético, como sucede en las queratodermias. Esta piel va a tener una secreción mayor de queratina y se van a formar callosidades sin ningún motivo aparente.
Por otro lado, existen hiperqueratosis (durezas) que aparecen a consecuencia de una mala deambulación o de una deformidad ya sea del antepié o retropié, generándose prominencias óseas o estructuras del pie que van a recibir más presión al andar y la piel va a empezar a producir queratina para proteger esa zona.
La principal consecuencia de esto es el dolor, lo que va a provocar que la persona camine de forma incorrecta para evitar esta molestia, produciendo, por ejemplo, dolores de espalda.
El primer paso para el tratamiento de los callos es deslaminar la zona realizando una quiropodia y mediante el uso de cremas con un mayor porcentaje de urea (más del 30%).
Si esto no fuese suficiente nos podemos plantear:
- Descargar esa zona con una plantilla.
- En algunos tipos de callos es posible también el tratamiento con láser.
- Por último, existe la opción de la cirugía para restablecer la parábola metatarsal.
Dedos en martillo
El dedo en martillo o en garra es una deformidad estética que se manifiesta como una flexión progresiva del dedo, causando dolor e irritación al contacto con los zapatos. Esto conduce a dificultades para encontrar calzado adecuado, obligando a algunos pacientes a adquirir tallas más grandes o usar tiritas protectoras.
La cirugía para corregir esta deformidad se realiza con pequeñas incisiones de 1 mm, utilizando una técnica que realinea el hueso sin osteotomías innecesarias, lo que resulta en una restauración inmediata de la forma y función del pie con mínimas molestias postoperatorias y sin dejar cicatrices visibles.
Fascitis plantar
La fascia es un tejido fibroso que se origina en el talón y se desplaza hacia los dedos. Existen tres fascículos, pero el que genera mayor sintomatología es el medial, también es el de mayor tamaño.
La fascia plantar es una estructura importante dentro del pie, tiene varias funciones, una de ellas es de sostén del arco longitudinal. También tiene funciones biomecánicas generando estabilidad en la marcha y potencia en la carrera.
La fascia plantar mide entre 3 – 4 mm. Cuando es sometida a un mayor estrés del que puede soportar, esta comenzará un proceso degenerativo o inflamatorio, cambiando su anatomía y generando dolor.
Los principales síntomas de las fasciopatía son:
- Por la mañana al poner el pie en el suelo se siente un pinchazo debajo del talón (este dolor remite a lo largo del día).
- Cuando realizamos caminatas, actividad física o al final del día podemos sentir molestias en el talón o en todo su recorrido.
La fascitis plantar o fasciopatía puede ser una patología difícil de tratar, porque hay que combinar varias cosas.
Tratamiento de la fascitis plantar.
El primer paso es diagnosticar esta fascitis y descartar que se trate de un espolón, mediante una radiografía.
Si se trata de fascitis, existen diferentes tratamientos no quirúrgicos, que se aplican en función de las particularidades de cada caso:
- Estiramientos de la fascia
- Ejercicios de fortalecimiento del pie
- Infiltraciones de corticoides
- Uso de plantillas.
- Punción seca
- Masajes de fisioterapia
- Indiba
En el caso de que ninguno de estos tratamientos conservadores fuera óptimo podemos recurrir a la opción quirúrgica. La cirugía para la fascitis plantar consiste en seccionar la fascia en la zona más proximal para que cicatrice un poco más larga. En otras palabras, sería como ‘elastificarla’ un poco para que deje de producir molestias.
Uñas encarnadas
La uña encarnada, también conocida como onicocriptosis, ocurre cuando el borde de una uña crece hacia la piel circundante en lugar de seguir su curso normal. Esto puede causar irritación, enrojecimiento e hinchazón alrededor de la uña afectada, y en casos más graves, puede dar lugar a infecciones.
En los casos más severos, puede ser necesario recurrir a la intervención médica para eliminar parte o la totalidad de la uña, o incluso realizar procedimientos quirúrgicos para corregir el problema subyacente. Es crucial abordar las uñas encarnadas de manera temprana para prevenir complicaciones y asegurar una recuperación exitosa.
5 consejos para el cuidado de pies
Hidratación diaria del pie
La piel del pie, igual que la de la mano, es diferente a la del resto del cuerpo, ya que hay una capa más gruesa de queratina. Si no hay una buena hidratación del pie y si además el paciente lleva un mal calzado se va a potenciar la posibilidad de hiperqueratosis o dureza.
Para hidratar correctamente los pies es recomendable la aplicación de cremas que contengan entre un 15% y un 30% de urea. El aceite o la crema de vitamina E también son productos positivos para el cuidado de la piel de los pies.
Elimina las durezas
La cuestión de las durezas está directamente relacionada con la correcta elección del calzado y con la hidratación del pie. Se pueden combatir de diferentes maneras, en función de la gravedad del caso:
- Se pueden aplicar cremas hidratantes o callicidas.
- Si no fuese suficiente, se podría hacer un tratamiento de descarga con plantillas en la consulta podológica.
- En los casos más graves, existe la posibilidad de realizar una osteotomía u otro tratamiento similar, según considere el especialista.
Cuando hay una dureza es probable que haya una dermatitis que provoca este aumento de la producción de keratina o bien un punto de presión que hay que corregir. Ante esta situación se recomienda siempre acudir al podólogo.
Utiliza calzado adecuado
Desde el punto de vista del cuidado de los pies, existen 3 características del calzado:
- La horma del calzado: es importante que sea una horma que albergue cómodamente los 5 dedos de los pies, sin comprimirlos. En función de la estructura de los dedos (pie griego, egipcio o cuadrado) tenemos una predisposición, dependiendo del calzado que usemos, a sufrir ciertas patologías.
Por ejemplo, en un pie griego -donde el segundo dedo es más largo que el primero- es bastante común que se produzca un dedo en garra. En el egipcio, por otro lado, el primer dedo es más largo que el resto es más común la uña encarnada o deformaciones ungueales. - La flexibilidad de la suela: al caminar hacia adelante, cualquier limitación que haya en el movimiento va a desencadenar problemas en el pie.
- El material de fabricación. Si la horma es ancha, va a ser menos importante el material porque va a respetar tu pie. Cuanto más estrecha sea la horma y más duro el material, más compresión va a ejercer este zapato, por lo que más patologías va a favorecer. Las más graves son las deformidades digitales, pero existen otras como la uña encarnada, los ‘ojos de pollo’ o incluso problemas de espalda.
Evita ir descalzo en espacios públicos
Caminar descalzo en espacios concurridos como vestuarios, duchas públicas o piscinas puede suponer un peligro para la salud de nuestros pies. Son superficies normalmente rugosas en las que pisa mucha gente, por lo que pueden ser fuente de contagio de hongos y verrugas.
Realiza ejercicio regularmente
Como en la mayoría de zonas del cuerpo, en el pie hay músculos y es conveniente ejercitarlos. Esto es especialmente importante si utilizamos calzado con suela gresa o muy rígida, ya que esta falta de movimiento libre del pie puede provocar la atrofia de cierta musculatura.
Eso sí, debemos tener precaución a la hora de realizar deporte, especialmente si estamos empezando a estimular esta musculatura. Siempre es positivo pedir consejo a un especialista.
Existen ejercicios específicos como el ‘foot core’, que ayuda a soportar el arco y el peso del cuerpo al realizarlos regularmente.
Aplicar un corte correcto de las uñas
Si una persona lleva un calzado estrecho y hace un mal corte de las uñas seguramente empezará a tener problemas en las uñas y en los dedos. El más común es la uña encarnada (al haber compresión y un mal corte la uña no consigue salir correctamente).