Sin duda, después del frío invierno recibimos a nuestro astro preferido con los brazos abiertos. Nos tumbamos y lo buscamos para saciar la necesidad del calor que nos dora y al que adoramos. ¿Pero seguro que la piel también lo agradece? ¿tenemos en cuenta el cuidado de la piel? El invierno hace estragos en nuestra piel. La sequedad y falta de luminosidad son síntomas inequívocos de que hemos dejado olvidada en el fondo del armario algo más que las camisetas coloridas y las mangas cortas, nuestra epidermis. “ Lo que no es tan fácil es combinar este tratamiento básico con nuestro día a día de ir y venir, de dedicarnos poco tiempo a este saludable hábito hasta que el sol impera y necesitamos de sus vitaminas. Llegados a este punto, en el que la desidia o el cansancio han hecho mella en nuestra epidermis, podemos ponernos en manos de los profesionales y someternos a algún tratamiento que nos protegerá de las angustiosas quemaduras y, por supuesto, borrará la memoria de nuestra piel manteniéndola en perfecta salud.
PARA PIELES, TRATAMIENTOS
Es por todos conocidos que el tipo de piel determina un tipo de protección u otro. Asimismo, la posibilidad de que una piel negra se queme es muy poco probable comparándola con una piel blanca. Pero mantenerla en perfectas condiciones no sólo pasa por evitar la exposición solar sin garantías, sino en lucir un buen aspecto, tersura y evitar el envejecimiento prematuro. Por ello, Clínica Planas Barcelona y Clínica Planas Madrid hacen su puesta a punto con tratamientos de última generación que garantizan un bronceado seguro y prolongado. La Bioestimulación Lumínica “Este es un tratamiento novedoso”, nos cuenta la doctora Cristina Schepers, Jefe del Departamento de Dermatología de Clínica Planas, “que utiliza diodos emisores de luz visible de diferentes colores que estimulan las células dérmicas y epidérmicas”. Es ideal para la puesta a punto para el verano, ya que reduce la respuesta inflamatoria nociva de los rayos ultravioleta sobre la piel e inhibe los radicales libres causantes del envejecimiento de la piel, estimulando la producción de colágeno y elastina. Este tratamiento puede combinarse con otros –como los peelings y el láser– con los que se complementa. La Revitalización En muchas ocasiones, cuando el rostro empieza a mostrar arrugas y síntomas de flacidez y deshidratación, cuando el tono pierde homogeneidad y el cutis se siente asfixiado y áspero al tacto, la razón no hay que buscarla en alteraciones internas de la piel, derivadas del proceso natural de envejecimiento, sino que la explicación está asociada a factores externos, como las prolongadas exposiciones al sol, fumar o el hecho de permanecer mucho tiempo en lugares cerrados. Para frenar este proceso y eliminar las señales de este fotoenvejecimiento prematuro, proponemos un tratamiento de revitalización cutánea, que consiste en realizar infiltraciones de ácido hialurónico, seguidas de un peeling químico, con el propósito de afianzar los resultados obtenidos y prolongarlos en el tiempo. Al Ácido Hialurónico se le atribuyen numerosas cualidades para la piel como la capacidad para hidratar el tejido y conservar un óptimo nivel de humectación de la piel. Pero al margen de las dos importantes acciones: hidratante y antiflacidez, el ácido hialurónico cuenta con otra destacada propiedad biológica, que lo convierte en idóneo no sólo para mejorar el aspecto de la piel y preservar su juventud, sino también para aumentar las defensas cutáneas bloqueando el proceso de oxidación. El ácido hialurónico neutraliza la actividad de los radicales libres, así como otros mecanismos que dañan el tejido, como la exposición solar prolongada. Los Peelings Químicos son tratamientos que ayudan a regenerar, renovar e hidratar en profundidad las capas cutáneas. La exposición al sol, sobre todo en personas fumadoras y que siguen una alimentación poco adecuada, hace que la piel se vuelva hiperqueratósica impidiendo que las cremas de aplicación diaria se absorban, quedando en superficie sin llegar a producir su efecto. Los peelings químicos, además de favorecer la acción posterior de las cremas, van a estimular la formación de colágeno, por lo que disimulan las arrugas finas, regulan la grasa en el cutis y disminuyen las manchas cutáneas. Sólo si somos capaces de sincerarnos con nuestra piel, recibiremos la compensación de poder lucir un cutis envidiable. El bronceado parecerá sano y no perecerá arrastrando tras de sí caminos de experiencia en nuestro rostro. Sólo hay que ser precavido para saciarse con nuestro sole mío.
LOS 10 IMPRESCINDIBLES PARA TOMAR EL SOL
- Evitar la exposición solar en las horas centrales del día (12 – 16 h).
- Exponerse de forma progresiva al sol, evitando las quemaduras solares.
- Utilizar un factor de protección solar adecuado y aplicarlo de forma correcta, no para aumentar el tiempo de exposición al sol.
- Utilizar un protector solar adecuado a su tipo de piel y a las condiciones de exposición solar. El fotoprotector debe ser individualizado en función de tres tipos de factores: factores ambientales (hora del día, estación de año, situación geográfica…), factores individuales (edad, tipo de piel…) y otros factores (embarazo, tratamiento con medicamentos, problemas en la piel…).
- Utilizar una protección solar adecuada para niños. En ellos suelen preferirse los protectores solares con filtro físico, porque producen menos alergias y además, al dejar un tono blanquecino sobre la piel, indican a los padres sobre qué superficie se ha aplicado y si hace falta renovarla.
- No exponer al sol directo a niños menores de 3 años. Protegerlos con camiseta, gorro y gafas de sol.
- Tener en cuenta que el sol se refleja en superficies como el agua, la arena o la nieve.
- Añadir a nuestra dieta: zanahorias, y tomates (ricos en B-carotenos) que facilitan la producción de melanina, y pescado azul y nueces (ricos en omega 3) que evitan la deshidratación y prolongan el bronceado, así como frutas como los arándanos, las uvas y los frutos rojos (fuente de vitamina C y E, como de antioxidantes).
- Evitar el uso de productos que contengan alcohol y perfumes (colonias, desodorantes…), ya que pueden dar lugar a manchas oscuras en la piel.
- Consultar al dermatólogo si un lunar cambia de tamaño, forma o color y realizar los controles anuales rutinarios de la piel.