El rostro es el espejo del alma y, como tal, hay que sacarle brillo para que reluzca. El sistema de imagen IOMA permite, a través de diversos parámetros, hacer una rápida y completa evaluación de la piel del paciente, de su estado(el daño solar, las arrugas, la actividad bacteriana, el ph, el posible acné…), y también las estructuras faciales (volumen malar, arrugas gravitacionales como surcos nasogenianos…). “Es una herramienta de diagnóstico fantástica”, avanza el doctor Juan Luis Muñoz del Olmo, cirujano plástico de Clínica Planas, Responsable de la Unidad Científica de la Piel.
EL SECRETO ESTÁ EN LA LUZ
Procedente de Francia, el IOMA usa cuatro tipos diferentes de luz que permiten analizar de una sola vez todos los parámetros que indican el estado de la piel del rostro. Así, en primer lugar, el equipo usa un flash de luz natural para evaluar el aspecto natural de la piel, que deberá estar perfectamente limpia: sin restos de crema ni maquillaje. A continuación se lleva a cabo el análisis de la textura mediante la luz polarizada paralela, que señalará las líneas de expresión y las arrugas. En tercer lugar, el IOMA dispara un halo de luz cruzada polarizada, que muestra la actividad vascular patológica. O lo que es lo mismo, las rojeces difusas en la piel. Seguiremos con otro tipo de luz, la ultravioleta, que hará evidentes las manchas producto del sol. El análisis concluye analizando los poros mediante luz azul, que determinará la actividad bacteriana y la regulación de la grasa. En conclusión, tan sólo dos minutos para saber, sin margen de error, cuál es exactamente el estado de los parámetros que “todos los pacientes desean conocer sobre su propia piel”, explica el doctor Muñoz del Olmo. El sistema permite, además, aumentar la imagen hasta 50 veces, con lo que “no sólo nos ayuda a diagnosticar, también es una herramienta perfecta para que el paciente vea más fácilmente en qué condiciones está su piel”, prosigue.
PRECISIÓN PIONERA
Además de la rapidez y comodidad para el diagnóstico, el IOMA brinda a médico y paciente una precisión desconocida hasta ahora porque trabaja con parámetros estándar de distancia. Y es que la máquina fija la posición de las pupilas, con lo cuál el análisis se puede repetir exactamente a la misma distancia, con la misma luz y en la misma zona. La aplicación directa de esta característica es una consecuencia lógica: gracias al IOMA, el equipo médico puede valorar de forma infalible el antes y el después del tratamiento aplicado. “Nos permite ser más objetivos a la hora de valorar los resultados: si hay mejoría se ve. Y si no, también”, afirma el doctor Muñoz del Olmo. El potencial del equipo no acaba aquí, ya que sus posibilidades van más allá de la imagen frontal del rostro. En efecto, el IOMA también permite evaluar el perfil del paciente en los tercios medios y superiores de la cara. La disposición de la imagen, en este caso, brinda al equipo médico la posibilidad de valorar el tratamiento a seguir en una escala tridimensional, de tres visiones. Con la inclusión del IOMA como herramienta de diagnóstico, la Clínica Planas vuelve a avanzarse a su tiempo; siendo el primer centro a disponer de él en España. Un avance, destaca el doctor Muñoz del Olmo, “que debemos agradecer al doctor Jorge Planas, siempre abierto a valorar lo último en tecnología”
TRATAMIENTO PERSONALIZADO
Cada paciente es único y por ello el IOMA necesitará de información evaluada por el equipo médico. Es esencial, en este sentido, introducir en el software tres datos básicos: edad, sexo y fototipo de piel. Con esta información y la imagen, el IOMA establece en qué medida el paciente se acerca a la media dentro de su perfil, siguiendo una escala del 1 al 10. En definitiva, concluye el doctor Juan Luis Muñoz del Olmo,“el IOMA permite un análisis completo del área facial para personalizar el tratamiento y restaurar el equilibrio del rostro”. Porque el algodón no engaña. Y el IOMA, menos. Sabido exactamente cuál es el estado del rostro y todos los parámetros que en él convergen, el equipo médico elaborará el plan de trabajo personalizado, el más adecuado en cada caso. Será imprescindible, gracias a la valiosa información conseguida a través del análisis mediante el IOMA, tener en cuenta todos y cada uno de los parámetros analizados en cada tercio facial. Es decir, en el superior, el medio y el inferior. El objetivo es rejuvenecer y mejorar el área tratada, procurando una armonía global del rostro. En este sentido, explica el doctor Muñoz del Olmo, “es muy importante escuchar con detalle cuáles son las expectativas del paciente y cómo éstas casan con las posibilidades de mejoría real”. De cada paciente, de sus necesidades y de sus opciones, y también del área a tratar dependerá el tratamiento a seguir.
TERCIO SUPERIOR
Comprende la parte superior del rostro y las opciones a seguir son diversas dependiendo del diagnóstico brindado por el IOMA. Así, por ejemplo, el equipo médico recomendará un tratamiento a base de inyecciones con sustancias que bloquean los músculos para suavizar las arrugas faciales de expresión, como pudieran ser las del entrecejo. Si se trata, en otro caso, de elevar ligeramente la cola de la ceja, la opción más indicada será la inyección de ácido hialurónico; mientras que el tratamiento láser o de luz pulsada (IPL) será la mejor opción para eliminar las manchas producidas por una exposición excesiva al sol. Habría aún una cuarta opción: la mesoplastia, una técnica que consiste en infiltrar en la dermis un cóctel de sustancias bioestimuladoras de las células que producen colágeno. Aplicada en la región temporal –es decir, en las sienes- serviría para recuperar el volumen perdido y, también, para mejorar la calidad de los tejidos.
TERCIO MEDIO
La zona de los pómulos y de las ojeras son las principales dianas en este estadio del rostro. Así, restaurar y armonizar los volúmenes en cada una de estas áreas será uno de los principales objetivos para tratar el tercio medio, por ejemplo, gracias a la mesoplastia de pómulos y la de tear trough (ojeras). También es posible actuar, mediante la misma técnica, en los surcos nasogenianos. Es decir, en las arrugas comprendidas entre la nariz y la comisura de los labios. Otro de los problemas a tratar en el tercio medio puede ser la pérdida de agua, uno de los primeros trastornos de la piel en el proceso de envejecimiento. Para tratarlo, la Clínica Planas ofrece un nuevo tratamiento cutáneo, Rich, que proporciona luminosidad, frescura y juventud a la expresión del rostro gracias a pequeñísimas infiltraciones cutáneas de un compuesto a base de vitaminas, aminoácidos, minerales o antioxidantes. Aún en el tercio medio, otra de las opciones serían los tratamientos láser o de peeling para atenuar las manchas producidas por un exceso de exposición solar; la aplicación de una u otra técnica dependerá del tipo y de la profundidad de éstas. También la Bioestimulación Cutánea con Plasma Rico en Factores de Crecimiento Plaquetario para estimular la regeneración de los tejidos, así como diversos tratamientos dermatológicos para controlar y regular el porcentaje de grasa cutánea facial.
TERCIO INFERIOR
En la última área del rostro que nos ocupa, el tercio inferior, el principal objetivo será restaurar la firmeza del contorno de la mandíbula, el cuello y el escote. Las opciones también son, en estos casos, diversas en función de las necesidades de cada paciente. Unas de las principales serán, para empezar, las remodelaciones de volumen del contorno mandibular y del mentón a través de la mesoplastia. Otro de los retos es armonizar la piel de esta zona eliminando las manchas gracias a tratamientos ya mencionados, como el láser, la luz pulsada (IPL) o el peeling. Sin olvidar los tratamientos para regular los niveles de grasa o para aportar vitaminas y colágeno a la piel, otra de las posibilidades al alcance de paciente es la mejora de la calidad de la piel del cuello mediante tratamientos de solvencia contrastada. Es el caso, por ejemplo, de la radiofrecuencia, que consigue rejuvenecer la piel a través de la acción del calor luchando contra el descolgamiento que provoca el paso del tiempo en algunas zonas. Cabe destacar, por último, la mesoplastia de nutrición de cuello y escote, así como las inyecciones de plasma rico en plaquetas; entre muchos otros tratamientos. En definitiva, múltiples opciones a combinar según las necesidades estrictas de cada rostro, de cada piel, de cada paciente. Necesidades que habremos detectado al milímetro, sin margen de error alguno, gracias al Análisis Facial Sphere (IOMA) y tratamientos que se aplican “debidamente coordinados por los diferentes departamentos de la Clínica”, explica el doctor Juan Luis Muños del Olmo, responsable de la Unidad Científica de la Piel. Siempre en función de las prioridades del paciente “y con un feed-back absoluto entre los médicos de cada especialidad implicada, como láser, medicina estética, dermatología, remodelación volumétrica facial y esteticistas”, concluye. Y todo con un triple fin que acaba convergiendo en un uno: identificar, personalizar y actuar para lograr la excelencia en los resultados.