Huellas con historia
Si te he visto, no me acuerdo
Dicen que hay que asumir los errores… ¡pero no hace falta hacerlo con todos! En el caso de un tatuaje, se puede hacer borrón y cuenta nueva. Y si bien es cierto que hay quien lo luce con orgullo, hay muchos a quienes deja de gustarles su propio tatuaje, ya porque no significa nada, ha pasado de moda o, simplemente, se ha ido desdibujando con el tiempo. Así, para acabar con ese tatuaje caprichoso que hoy no aporta nada y resulta más bien engorroso, la medicina estética ofrece armas muy eficaces. El láser, ese rayo milagroso que está luchando por sustituir al bisturí, puede borrar hoy manchas cutáneas y tintas de tatuaje. Pero cuidado: no todos los tatuajes son iguales. Según su tipología, será más o menos difícil de eliminar. El tatuaje profesional, ese que se lleva a cabo en lugares oficialmente reconocidos a nivel sanitario, es el más difícil de borrar. Por su parte, los tatuajes amateur, que se hacen con una simple aguja y un bote de tinta, no ofrecen demasiados problemas a la hora de eliminarlos. Otro tipo de tatuajes son los que surgen de la micropigmentación cosmética (labios, cejas, etc), las secuelas de una radioterapia o el “tatuaje” que puede dejar un accidente traumático.
Tiempo al tiempo
Depende del tipo de tatuaje, se pueden llegar a necesitar hasta dos años para eliminarlo por completo. El procedimiento no es complicado: sin anestesia, con anestesia tópica (crema), o anestesia local, el láser va “rompiendo” los pigmentos, pulverizándolos y nuestro cuerpo va eliminando esas pequeñas partículas de tinta. De este modo, el tatuaje se va aclarando, las líneas se desdibujan y el cuerpo va absorbiendo la tinta.
Tras la eliminación del tatuaje
Tras la sesión, hay que cuidar la zona afectada, manteniendo la zona limpia, sin frotarla, y siguiendo el protocolo de antibióticos. Es posible que se enrojezca durante unos cuantos días e incluso que se forme una costra. Para la eliminación de tatuajes la edad del paciente es indiferente, pero sin duda se elimina mejor un tatuaje de hace 15 años que uno hecho hace seis meses. Por otro lado, el tiempo entre sesión y sesión es cómo mínimo de un mes y medio o dos meses. Cuanto más tiempo dejemos entre sesiones, mejor, ya que la recuperación de la piel y la absorción que hace nuestro cuerpo del pigmento es mayor, reduciendo de esta manera el número se sesiones a realizar así como el riesgo de una cicatriz antiestética En cuanto a los resultados, los tatuajes realizados en tinta negra y azul oscuro se borran con más facilidad que los realizados con diferentes colores, en los que es más complicado conseguir un resultado tan uniforme.
¡Muy buen artículo! De veras, he estado leyendo tu blog y creo que compartes un buen contenido de calidad. Me sorprende que no tengas más comentarios, buen trabajo.
Buenos días, gracias por su comentario. Un saludo cordial.
Un artículo muy interesante con información muy útil. En ocasiones nos hacemos un tatuaje que acaba saliendo mal, crecemos y ya no nos gusta o simplemente por trabajo o motivos personales debemos eliminarlo. Es una maravilla que se pueda hacer.