Antiaging, la medicina antiedad

Antiedad antiaging

Antiedad antiaging Los avances de diversas ramas de la medicina y de la ciencia como la genética nos permiten evaluar , cada vez con mayor precisión, cuál es nuestro estado interior, qué carencias debemos compensar e incluso qué estamos predispuestos a padecer si no adoptamos las medidas pertinentes. Un buen tratamiento antiaging (antiedad, literalmente) parte de esta base: enseña al paciente cuál es su estado interno, descubre qué necesita su organismo y le invita a tomar el control de su propio cuerpo, adoptando hábitos saludables que le hagan vivir más años y con mayor calidad de vida. «El antiaging es una rama nueva de la medicina que consigue que envejezcamos de forma más saludable. No podemos parar el tiempo, pero sí reducir sus efectos sobre las personas.» Es importante insistir en que los beneficios de la medicina antiaging van más allá de la curación de dolencias puntuales ya que un buen tratamiento antiaging enseña a la persona a cuidarse para lograr vivir más tiempo y en mejores condiciones. No sólo se somete a controles médicos, también se explica que debe lavar la fruta antes de comerla para evitar posibles restos de pesticidas o evitar las ollas de aluminio, que pueden acabar contaminando los alimentos, entre otros pequeños consejos.

¿Me conviene?

Cualquier persona que haya cumplido los 35 años y se preocupe por su salud, actividad intelectual, apariencia física y rendimiento sexual es un buen candidato para someterse a un tratamiento antiedad. Eso sí, lo primero que deberá averiguarse es si su edad cronológica, es decir, los años que ha cumplido, se corresponde con el grado de desgaste de su organismo y de cada uno de sus órganos. El estado real de la persona, que se calcula mediante una compleja serie de mediciones, se denomina «edad biológica». Para calcular la edad biológica de una persona, un buen tratamiento antiaging practicará diversas pruebas al paciente y le tomará una serie de muestras. Estos indicadores, denominados «biomarcadores», permitirán al equipo médico establecer cuánto ha envejecido la persona y qué capacidad conserva su organismo para reparar los daños que le provoca el paso del tiempo. Una vez se conocen estos datos, el equipo antiaging puede diseñar un tratamiento personalizado que garantice a la persona hacerse mayor con pleno rendimiento corporal y mental y con un menor riesgo de contraer enfermedades.

Pautas antiedad

Cada tratamiento antiedad es estrictamente personal. Diversas carencias: vitamínicas,  u hormonales de un individuo no tienen por qué ser iguales, ni siquiera parecidas, a las de otro. Sin embargo, existen una serie de pautas generales, recomendaciones que nos dictan las autoridades médicas y el sentido común y que a menudo son difícilmente compatibles con el ajetreado ritmo de vida actual. Estas reglas básicas antienvejecimiento incluyen una buena alimentación, ejercicio físico regular, dormir bien y evitar a toda costa el estrés., entre otras. Una buena dieta, por ejemplo, consiste en proporcionar al organismo los elementos que necesita de forma equilibrada, sana y sabrosa. Comer bien tiene más que ver con comer poco, pero bueno, que con atiborrarnos de determinados alimentos. «En general, comemos más de lo que necesitamos. Comer menos, pero mejor, con una dieta equilibrada y acompañada de ejercicio regular es mucho más sano», remarcan los especialistas. Y en cuanto a la distribución de las comidas, tome nota: los expertos recomiendan un excelente desayuno, un buen almuerzo y una cena ligera, más un breve tentempié a media mañana y a media tarde. Otro de los pilares de un buen tratamiento antiedad es la práctica de ejercicio físico de forma regular. Si es posible, a diario, moderado pero constante, y preferentemente por las mañanas. Caminar a buen ritmo durante una hora es una buena opción. Y tampoco conviene descuidar la gimnasia mental: determinados ejercicios permiten potenciar las funciones cerebrales que el equipo antiaging considere necesario. Diversas técnicas de relajación, por ejemplo, pueden resultar muy aconsejables para evitar el estrés, del mismo modo que algunos ejercicios estimulan la memoria. El sueño es una necesidad primordial del organismo. Un adulto debe dormir entre 7 y 8 horas, aproximadamente, una cantidad de tiempo que se reduce hasta las 5 o 6 en las personas mayores a los que es conveniente recomendarles añadir una o dos siestas diarias, aunque breves: de 15 a 20 minutos cada una. Para dormir bien, es recomendable respetar unos horarios de sueños y evitar las comidas abundantes, las bebidas alcohólicas y los estimulantes antes de acostarse.

Anticiparse al futuro

La medicina antiaging es, al mismo tiempo, una disciplina preventiva, predictiva y regenerativa. Es preventiva porque examina el funcionamiento del organismo para prevenir el padecimiento de enfermedades. También es predictiva porque, mediante el análisis de polimorfismos genéticos del paciente, sus características y antecedentes, puede identificar las principales patologías que esa persona tiene el riesgo de contraer. Y es regenerativa en cuanto aspira no sólo a evitar futuros daños, sino también a reparar los que ya se han producido. La investigación con células madre, por ejemplo, es uno de los campos que más prometen en un futuro cercano aportar a la lucha contra los efectos del envejecimiento. Durante el  tratamiento el paciente va aprendiendo a vivir de forma más saludable, y basta con controles regulares (una vez al año, generalmente) para posibles ajustes en los ejercicios o los suplementos que el paciente debe tomar. Los expertos en antiaging subrayan que un buen tratamiento antiedad es sólo el principio de un nuevo estilo de vida.

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