El problema hasta ahora tras la extirpación de un tumor en el pecho es que había que esperar un año par poder practicar una reconstrucción mamaria. Posteriormente, la paciente tenía que recurrir a los implantes de silicona, que en un 30% de los casos, debido a la irradiación derivaban en contracturas capsulares, o rechazo al implante. Gracias a los avances de la medicina reconstructiva, las pacientes actualmente no tienen que esperar un año para realizarse la reconstrucción mamaria. Hoy en día día la cirugía plástica y estética apuesta por realizar una reconstrucción inmediata; en el mismo acto quirúrgico de la extirpación. La técnica DIEP (Deep Inferior Epigastric Perforator) reconstruye el pecho mediante injertos de tejidos y grasa, extraídos del abdomen de la propia paciente, que por sus características físicas de color, grosor y textura, son las idóneas para la reconstrucción mamaria. A través de la microcirugía, la reconstrucción mamaria DIEP logra la unión al torax de los injertos provenientes del abdomen a través de una arteria y una vena para que la nueva mama tenga vascularización propia. Se trata de una obra laboriosa y tediosa que tiene un resultado excepcional: se logra recuperar la forma y consistencia natural de la mama logrando que el propio organismo la asuma como propia. Un seno natural, permanente y que evoluciona como el resto del cuerpo: engorda, adelgaza, etc.