Las cicatrices queloides son cicatrices que desbordan los límites de la herida, creciendo desproporcionadamente, es rojiza, abultada, dura y en muchas ocasiones produce picor. Cuando fracasan los tratamientos conservadores del queloide, ya sea el láser, la presoterápia o la aplicación intralesional de corticoides, siempre nos queda la braquiterapia. La braquiterapia es una técnica 95% efectiva contra todo tipo de queloides, y los soluciona de forma definitiva, pero esta no es una técnica de primera elección debido a su elevado coste económico.
La braquiterapia consiste en la irradiación de ese queloide, mediante una fuente de radioterapia, ya sea de una forma directa sobre la cicatriz cuando estas son largas y grandes, o en el caso de que estas sean pequeñas se extirpan quirúrgicamente dejando un fino catéter dentro de la herida, saturándola de nuevo , y a través de este catéter emitir la radioterapia, controlada por un ordenador, para saber en que zona emitir más o menos energía, y de esta forma conseguir un tejido hipóxico, hipovascular e hipocelular que evite la migración excesiva de fibroblastos a la zona consiguiendo una cicatriz correcta.
j